miércoles, 29 de mayo de 2019

La Oposición entre la Realidad y la apariencia en Medea de Eurípides.


La Oposición entre la Realidad y la apariencia en Medea de Eurípides.


En la tragedia griega (s. V a C) la sociedad es presentada como una lucha entre el equilibrio y el desequilibrio. La tensión se da entre la rigidez de las normas que impone la sociedad y la flexibilidad que debe permitir a los individuos. Esta tensión se construye sobre la base de un sistema de oposiciones que luchan entre sí y ponen en riesgo la seguridad del hombre fundada en el orden social. Así, la inversión de los roles sexuales, la alteración de relaciones familiares, la ambigüedad del uso de la lengua (que, en vez de comunicar, engaña)convergen en una inestabilidad en búsqueda constante del equilibrio y la armonía.
En Medea de Eurípides encontramos a Jasón que justifica su traición explicando que el engaño y luego el casamiento con la hija de Creonte beneficia a Medea y a sus hijos, en ningún momento se siente arrepentido de lo que hace sino que se considera un benefactor. Medea odia a Jason por lo que hizo pero prefiere engañar a todos actuando estar arrepentida para lograr vengarse de todos. Esa furia la lleva a matar a sus hijos. La venganza estuvo por encima de cualquier sentimiento de madre. En esta obra se ve el engaño, la mentira, el desequilibrio y el desequilibrio de los personajes además del egoísmo de los dos.
Medea se presenta tal cual es cuando la domina la pasión, sin embargo, sin embargo, cuando decide vengarse por el abandono de Jasón, apela a su razón y a sus dotes de hechicera. Para lograr sus objetivos se colocará una máscara social en la que el lenguaje será usado para engañar y manipular a sus enemigos.
Así, la encontraremos al principio de la tragedia, conversando con el coro de mujeres, desesperada porque está sola con sus hijos en un país extranjero.
“Yo, sin patria, del hombre despreciada que me sedujo en la lejana tierra, no tengo madre, hermanos ni parientes que de tanto dolor puedan salvarme”.
También, la veremos tal cual es en su primer diálogo con Jasón. Allí, Jasón le explicó que él intentó protegerla del destierro y que la traicionó para que sus hijos estuvieran a salvo.
“Poco importa que sigas repitiendo que Jasón es el hombre más cobarde. Pero tantas injurias proferiste contra el monarca, que muy leve pena, si consideras bien, es tu destierro. ¡Cuántas veces del príncipe irritado traté apagar el venenoso fuego, en la esperanza de obtener tu venia! Mas tu lengua encumbraba tu locura; no pidiendo piedad, pidió castigo. Soy tu amigo y deseo protegerte. Quiero evitar, mujer, que os acompañe a ti y tus hijos la fatal miseria, enjuta compañera del exilio, la que sus otras penas acrecienta. Aunque me odias, no puedo hacerte daño.”
Sin embargo, cuando la heroína comienza a planificar su venganza, se coloca la mascara que oculta su verdadero ser, para lograr sus objetivos.
En primer lugar, Medea debe lograr que Creonte la deje quedar en Corinto, aunque sea un día más, para lograr este objetivo, en el diálogo que mantiene con el rey, se mostrará como una pobre mujer sola y exiliada que no puede regresar a su patria y no tiene adónde ir. En segundo lugar, apelara a su sentimiento de piedad.
            “¡Piedad, piedad, Creón!; por tus rodillas, por tu hija desposada, te suplico ”
Pero tampoco logrará convencerlo. Finalmente, lo hará apelando a su sentimiento de padre.
            “Concédeme de plazo un solo día…para elegir la tierra de mi exilio….y ayudar a mis hijos, cuyo padre de la sangre el deber echó en el olvido
            ¡Piedad de ellos! Es justo que te apiades; tu también eres padre….No me importa mi destierro, mas lloro por mis hijos, que víctimas serán de mi congoja.”
Así logrará que el rey la deje quedar un día más, tiempo suficiente para llevar a cabo su venganza.
En segundo lugar, para hacer que lleguen al palacio los regalos envenenados, debe convencer a Jasón de que entendió lo que Jasón trató de explicarle en el anterior diálogo, que Jasón quería protegerla y que la unión con la hija de Creonte beneficiaría a los hijos de Medea. Por eso, se mostrará arrepentida por la discusión que ha mantenido con él en el primer dialogo:
“Jasón… te ruego… me perdones todas mis recientes palabras…y soportes mi furor ciego, en aras de lo mucho que nos hemos querido y ayudado. Hablé sola conmigo …mi conducta condenando, y diciéndome: ¡insensata! Que ofendió a quienes buscan mi provecho: ¿por qué seré enemiga del monarca y de mi esposo, cuya regia boda nos fue tan útil, que de hermanos nobles circundará a mis hijos?... ¿Por qué tanta ira? ¿Por qué sufrir? ... si todo es dicha en mi redor… ¿si me es propicio el cielo? Es verdad que el exilio es mi destino, es verdad que de amigos soy privada; más soy también la madre de estos hijos.
He comprendido, así reflexionando, la insulsa vanidad de mis enojos, y alabo tu conducta …. y me pareces muy sabio, …. Pues tu regio parentesco a todos nos conviene …. Y me parece que yo sola, yo sola he sido injusta.
Debí participar de tus proyectos y propiciarlos, y feliz sentirme de poder estar junto a vuestro lecho, ofreciendo a la esposa mis servicios.
Mas las mujeres somos lo que somos… no maldigamos siempre a las mujeres. No te igualaste a mí que te ofendía, locuras no añadiste a mis locuras.
Entiendo bien mis faltas, las confieso y de mejor razón consejos busco.
¡Salid, amados hijos, del palacio! Venid para abrazar a vuestro padre, y hablar con él, de vuestra madre al lado. Olvidad con nosotros vuestras iras …”
Jasón aceptará, entonces, lo que le pide Medea, y esto le traerá terribles consecuencias: los regalos envenenados matarán a su nueva esposa y a Creonte, por lo que no podrá ser rey de Corinto. Pero, además, Medea ha asesinado a sus hijos, por lo que le ha privado de su descendencia y de la posibilidad de engendrar nuevos hijos con Glause.
Finalmente, Medea se quitara la máscara social en el tercer diálogo que mantiene con Jason cuando ya ha logrado llevar a cabo su venganza y ha asesinado a sus dos hijos, pues Jasón con mucho dolor la desprecia y le dice cosas espantosas porque asesino a sus hijos, finalmente le pide a Medea que, por favor, deje llorar a sus hijos y darles sepultura y ella se lo niega ignorando el dolor y el llanto de Jasón.
Jasón: “Fantasmas vengadores de tu infamia, los verás en tus noches tenebrosas.”
Medea: “No ignora Zeus de nuestro mal las culpas…..
Jasón: “Nadie ignora tu instinto abominable.”
Medea: ¡Nunca odiarme podrás como yo te odio!
Jasón: “ ¡Callad! ….. solo he venido por mis hijos….
Medea: “Has hecho mal…. ¡Me voy de aquí con ellos!
Jasón: “Concédeme que bese su cadáver, que los llore y les de la sepultura.”
Medea: ¡Imposible! Mi mano ha de enterrarlos….los llevare al altar de Juno Acrea, porque furia enemiga o pie profano jamás sus restos o su tumba ofenda. Por expiación de nuestro horrendo crimen, instituiré de Sísifo en la tierra sacrificios y fiestas venerables.”
En conclusión, cuando Medea esta atravesada por la pasión se muestra tal cual es, como en el caso de los diálogos que mantiene con el coro a principios de la obra o el primero que mantiene con Jasón. En cambio, cuando esta calmada y puede hacer uso de la razón, la heroína se coloca una mascara para conseguir sus objetivos, como ocurre en el Primer Episodio cuando habla con Creonte y también en el Cuarto Episodio cuando habla con Jasón.