El caso de la Señora Amelia:
La señora Amelia vivía en Londres, en un barrio cerca del
centro de la ciudad, con muchos edificios cerca, que hacían que se formen
callejones largos y oscuros, que con la humedad y la niebla que hay allí cuando
anochece parecen agujeros negros que pareciera que podrían tragar a una
persona.
La señora Amelia era una mujer de unos 70 años, era de muy
buen carácter, solamente se ponía de muy mal humor cuando discutía con sus
amigas de los fenómenos sobrenaturales. Sus amigas eran fanáticas de estos
temas y cuando salían estos temas terminaban en grandes discusiones. Amelia las quería mucho ya que ellas eran su
única familia. Amelia no se caso ni tuvo hijos.
Sus amigas siempre decían que en la tierra había lugares en
donde la gente podía desaparecer y aparecer en otro lugar y que nunca le habían
encontrado una explicación.
Cada vez que bajaba del colectivo de noche cuando volvía de
la cafetería donde se encontraba con sus amigas los días lunes, pasaba por el
borde de un callejón muy cerca de su
casa y siempre escuchaba voces y risas y muchas veces decían su nombre. Esa
situación la ponía nerviosa.
Un lunes que había mucha niebla bajo del colectivo como
siempre y escuchó las voces desde dentro del callejón pero la neblina era tan
grande que parecía que se la llevaba, ella se había quedado parada escuchando
esas voces.
Después de ese día nadie más volvió a verla. Sus amigas la
buscaron y hasta contrataron un detective. Un señor había contado que la había
visto parada mirando esa niebla y que después no volvió a verla más.
Nunca se supo que fue lo que pasó.